Actualmente los jugadores tienen en boca más bien la precuela de este título: Life is Strange: Before the Storm, donde podemos conocer más sobre Chloe, una de las protagonistas de la aventura gráfica. Parecía a priori que esta precuela no "iba a ser para tanto", en comparación con Life is Strange. Por ahora, no hay nada más lejos de la realidad a juzgar por los comentarios positivos de los primeros jugadores que se lo están pasando, y por lo que yo misma he visto en algún que otro gameplay: la historia es fresca y promete. En Life is Strange nos poníamos en la piel de la buenecita de Max (aunque no era una santa ya que había dejado de lado a su inseparable amiga) y ahora todo cambia ya que manejamos a Chloe, una macarra muy malota por lo que se atisba una trama divertida cuanto menos (a ver si es verdad y no lloramos tanto como en el primer Life is Strange).
Y de este punto quería hablaros, Life is Strange fue un juego que nos metía tanto en la trama, en el día a día y en las decisiones que tomamos que, al final, forma parte de nosotros hasta el punto que sentíamos lo mismo que el personaje, ya llegado a un punto (bueno vale, depende de lo sensible que sea cada uno). No es tan fácil empatizar con un personaje de videojuego en el sentido de que no conocemos tanto el día a día de un personaje humano, como en este caso. Cuando un videojuego cuenta con una narrativa densa es mucho más fácil que conectemos con la historia y los personajes. Se convierten en una especie de serie o película para nosotros y ya no podemos dejar pasar un día sin jugarlo un rato. También debo señalar que este tipo de títulos no son para todo el mundo ya que otros jugadores prefieren más bien sólo acción, poderes y skins. Este no es el caso, porque Life is Strange es una historia donde tenemos un único poder (¡pero vaya poder!) que es el de rebobinar y volver atrás en el tiempo, de manera que podemos modificar la historia según lo que decidamos (o eso nos hace creer el juego al menos).
Al final la trama del juego nos hace estar pendiente y disfrutar del título, y es de eso de lo que se trata, de volver a tener ganas de abrir el juego al día siguiente. Mientras resolvemos pequeños puzzles que nos hacían pensar y explorar todo a nuestro alrededor, también nos gustaba ver las cositas que tenía Max en su habitación, su diario, y cotillear por los alrededores del instituto para ver que nos cuentan aquéllos personajes que de pronto aparecen hablando en una esquina, y sentirnos así partícipes de la trama con estas decisiones que el juego nos ofrecía. Recordemos que aparecían varías opciones que esto es algo que siempre nos ha gustado, es como cuando hacemos un test y en pantalla nos aparecen opción A, B y C; y eso nos encanta. Da la sensación de que es el jugador el que crea la historia y mueve los hilos. Y si tenemos la impresión de que nos hemos confundido, siempre podíamos cambiar y rebobinar. ¿Estaría bien que existiera este poder en la vida real o tal vez acabaríamos volviéndonos locos de las mil posibilidades que pudieron y podrían ser? No lo sabemos, pero el juego nos permite la posibilidad de vivir algo que nosotros de ninguna manera podríamos hacer, y esto es un aspecto que también nos encanta de los videojuegos: su lado fantástico, mágico y las situaciones inverosímiles, sorprendentes, que nos distraen y a la vez nos sumergen en nuestra misión.
Muchos jugadores estarán de acuerdo en que Life is Strange es uno de los juegos más inolvidables, para otros estuvo bien a secas sin llegar a ser algo apoteósico, y directamente a otros les dará pereza la idea de pasar por una historia tan intensa. Esto ya es cuestión de gustos, no obstante si que es un juego muy valorado y de hecho ha tenido numerosos reconocimientos a través de premios oficiales.
Lo que está claro es que cuando algo gusta se saca partido y no es de extrañar que ahora estemos disfrutando de la precuela y seguramente se hablará mucho más tiempo. Cuando tengamos una perspectiva completa del título podremos valorar qué partes nos han gustado más y cuáles no nos parecían tan necesarias para desarrollar.
Y de este punto quería hablaros, Life is Strange fue un juego que nos metía tanto en la trama, en el día a día y en las decisiones que tomamos que, al final, forma parte de nosotros hasta el punto que sentíamos lo mismo que el personaje, ya llegado a un punto (bueno vale, depende de lo sensible que sea cada uno). No es tan fácil empatizar con un personaje de videojuego en el sentido de que no conocemos tanto el día a día de un personaje humano, como en este caso. Cuando un videojuego cuenta con una narrativa densa es mucho más fácil que conectemos con la historia y los personajes. Se convierten en una especie de serie o película para nosotros y ya no podemos dejar pasar un día sin jugarlo un rato. También debo señalar que este tipo de títulos no son para todo el mundo ya que otros jugadores prefieren más bien sólo acción, poderes y skins. Este no es el caso, porque Life is Strange es una historia donde tenemos un único poder (¡pero vaya poder!) que es el de rebobinar y volver atrás en el tiempo, de manera que podemos modificar la historia según lo que decidamos (o eso nos hace creer el juego al menos).
Al final la trama del juego nos hace estar pendiente y disfrutar del título, y es de eso de lo que se trata, de volver a tener ganas de abrir el juego al día siguiente. Mientras resolvemos pequeños puzzles que nos hacían pensar y explorar todo a nuestro alrededor, también nos gustaba ver las cositas que tenía Max en su habitación, su diario, y cotillear por los alrededores del instituto para ver que nos cuentan aquéllos personajes que de pronto aparecen hablando en una esquina, y sentirnos así partícipes de la trama con estas decisiones que el juego nos ofrecía. Recordemos que aparecían varías opciones que esto es algo que siempre nos ha gustado, es como cuando hacemos un test y en pantalla nos aparecen opción A, B y C; y eso nos encanta. Da la sensación de que es el jugador el que crea la historia y mueve los hilos. Y si tenemos la impresión de que nos hemos confundido, siempre podíamos cambiar y rebobinar. ¿Estaría bien que existiera este poder en la vida real o tal vez acabaríamos volviéndonos locos de las mil posibilidades que pudieron y podrían ser? No lo sabemos, pero el juego nos permite la posibilidad de vivir algo que nosotros de ninguna manera podríamos hacer, y esto es un aspecto que también nos encanta de los videojuegos: su lado fantástico, mágico y las situaciones inverosímiles, sorprendentes, que nos distraen y a la vez nos sumergen en nuestra misión.
Muchos jugadores estarán de acuerdo en que Life is Strange es uno de los juegos más inolvidables, para otros estuvo bien a secas sin llegar a ser algo apoteósico, y directamente a otros les dará pereza la idea de pasar por una historia tan intensa. Esto ya es cuestión de gustos, no obstante si que es un juego muy valorado y de hecho ha tenido numerosos reconocimientos a través de premios oficiales.
Lo que está claro es que cuando algo gusta se saca partido y no es de extrañar que ahora estemos disfrutando de la precuela y seguramente se hablará mucho más tiempo. Cuando tengamos una perspectiva completa del título podremos valorar qué partes nos han gustado más y cuáles no nos parecían tan necesarias para desarrollar.
isfrutando de la precuela y seguramente se hablará mucho más tiempo. Cuando tengamos una perspectiva completa del título podremos valorar qué partes nos han gustado más y cuáles no nos parecían tan necesarias para d https://coaching-mastery.com/ciencia/
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